Por fin las calles huelen a castañas, suenan villancicos, ponemos el árbol de navidad y el belén. Las luces iluminan las ciudades (con suerte, en algunas calles con elementos de la navidad y no lleno de “felices fiestas” o motivos que nada tienen que ver con el nacimiento del Niño Jesús). Ha llegado la Navidad.
La Navidad no solo se vive en las tradiciones familiares o en la belleza de los villancicos, sino también en las grandes obras de arte que han representado estas escenas a lo largo de la historia.
Vista central de la obra “La adoración de los Reyes Magos”, Fray Juan Bautista Maíno (1612 - 1614)
El Museo del Prado, a través de su iniciativa “La Navidad en el Museo del Prado” ha seleccionado 17 obras maravillosas que representan diferentes escenas de la Navidad: la Anunciación, la Visitación, el Nacimiento de Cristo, la Adoración de los pastores, la Adoración de los Magos, la Presentación en el Templo y la Huida a Egipto.
De esta forma, el Museo del Prado, con su impresionante colección, nos ofrece un recorrido que nos invita a reflexionar sobre este tiempo de esperanza y redención a través de pinturas magistrales:
“A través de esta selección de escenas navideñas, podrá contemplar algunas de las más extraordinarias obras de arte que atesora el Prado y al mismo tiempo apreciar el interés puesto por los artistas para ilustrar el mensaje que la Iglesia trata de hacer llegar a sus fieles sobre la importancia del Nacimiento del Hijo de Dios para la salvación de la humanidad, reflejo de la religiosidad y espiritualidad imperante en el momento en que dichas obras de arte fueron pintadas”. Museo del Prado.
Este recorrido forma parte de la colección permanente, por lo que puedes visitar estas obras en cualquier momento del año. Tienes aquí toda la información.
Para no hacer esta entrada demasiado larga (algo de lo que peco a menudo), he seleccionado cinco de estas obras que resumen, a mi modo de ver, la esencia de la Natividad.
1. La Anunciación - Maestro de Flémalle (Robert Campin)
Contexto: Pintada en los primeros años del siglo XV, esta obra flamenca marca un hito en el arte gótico por su detalle y simbolismo.
En esta escena, María está ensimismada en la lectura de los textos sagrados, sin haberse percatado aún de la presencia del Arcángel Gabriel.
Elementos destacados:
La obra carece de algunos elementos iconográficos habituales, como la paloma del Espíritu Santo, pero mantiene otros, como la rama de lirios o azucenas en la vasija del primer plano a la derecha.
La escena tiene lugar en una especie de atrio o entrada a un templo gótico, de diseño imposible.
El espacio doméstico, cuidadosamente representado, trae la escena divina al mundo cotidiano, humanizando a los protagonistas.
Detalles como la toalla colgada o el lirio blanco simbolizan la pureza de María y su papel como madre inmaculada.
La obra nos invita a reflexionar sobre la humildad de los comienzos de la historia de salvación y la valentía de María al aceptar el llamado divino.
2. Adoración de los Pastores - Juan Bautista Maíno (1612-1614)
Contexto: El 14 de febrero de 1612 Juan Bautista Maíno acordó realizar las pinturas que conformarían el retablo mayor de la Iglesia Conventual de San Pedro Mártir, en Toledo. A pesar de realizar una primera composición, finalmente Maíno dió protagonismo a la visión longitudinal de la obra aproximándola a obras de Tintoretto y del Greco, añadiendo las nuevas técnicas aprendidas en Roma, destacando las de raíz caravaggista.
Esta obra, del inicio del arte barroco, captura el momento en que los pastores, humildes y asombrados, se reúnen para adorar al Niño Jesús recién nacido.
Elementos destacados:
La iluminación, característica del tenebrismo, enfatiza al Niño como el foco central, irradiando luz divina.
Los detalles realistas de los pastores, sus ropajes y expresiones, nos conectan con la humanidad de los primeros testigos de la Natividad.
Las figuras se disponen en tres niveles espaciales bien diferenciados aunque la radiografía ha demostrado que esta triple composición no fue la que inicialmente ideó el pintor.
Resalta la pureza y la sencillez con las que se reconoce lo divino, incluso en los corazones más humildes.
3. Adoración de los Pastores - Anton Rafael Mengs (1770)
Contexto: Representante del Neoclasicismo, Mengs aborda este tema con una estética más equilibrada y racional, pero sin perder la carga emocional de la escena. Está directamente inspirando en el cuadro de idéntico tema, realizado por Correggio (1493-1534), conocido como La Notte (Dresde, Gemäldegalerie), de gran influencia entre los pintores del siglo XVIII.
Elementos destacados:
El propio pintor se autorretrata a la izquierda, señalando el hecho milagroso.
La composición ordenada y el uso de colores cálidos dotan a la escena de una atmósfera de serenidad.
Los ángeles en el cielo añaden un toque celestial que complementa la humildad de los pastores.
La composición demuestra un acusado estudio de la perspectiva, así como de la iluminación, a través de un potente juego de luces y sombras marcado por el resplandor que emana del Niño y que define el resto de volúmenes.
4. Adoración de los Magos - Peter Paul Rubens (1609)
Contexto: La Adoración de los Magos es una de las obras destacadas dentro de la colección de Rubens que atesora el Museo del Prado, no solamente por ser la de mayores dimensiones sino también por la importancia histórica y técnica de la misma. Personalmente, diría que es una de mis obras favoritas del museo, y sin duda mi favorita de esta selección.
Con su estilo grandioso y dinámico, Rubens presenta una escena vibrante donde los Reyes Magos, con sus ricos atuendos, presentan sus ofrendas al Niño.
Elementos destacados:
La escena se sitúa al exterior, con una referencia al pesebre en la parte izquierda, transformado en una arquitectura clásica.
El foco surge desde la figura del niño Jesús, que irradia la luz que incide al resto de los personajes. La composición de la obra permite trazar una diagonal desde la esquina superior derecha que confluye en la figura del niño, punto central de la obra, hacia el resto de personajes.
La opulencia de los Magos contrasta con la humildad de la Sagrada Familia, subrayando la universalidad del mensaje cristiano.
La expresividad de los rostros y el movimiento de las figuras dan vida a la escena.
Rubens nos recuerda que la fe trasciende fronteras y une a los hombres, independientemente de su posición o procedencia.
5. El Descanso en la Huida a Egipto - Gerard David (1501)
Contexto: Este Descanso en la huida a Egipto parte de versiones similares realizadas por Gerard David hacia 1510, El cuadro no alcanza al efecto de sfumato y de sombras tan italianas que consigue otras versiones, como La Virgen con el Niño del Metropolitan Museum de Nueva York. Tampoco tiene su exquisito nivel de detalle, ejemplificado en el alfiler que une la camisa de María en su pecho, inexistente en la pintura de Madrid. Las fechas posibles de ejecución de las versiones conocidas también parecen apuntar al taller de David para la asignación de la obra.
En este cuadro renacentista, la Sagrada Familia descansa en su huida hacia Egipto, tras ser advertidos del peligro que corrían en Belén. María amamanta al Niño en la linde de un bosque, sentada sobre un escalón rocoso junto a un curso de agua.
Elementos destacados:
Detrás, en un camino que sale del bosque, se escenifica el momento anterior de la historia, con María y el Niño sobre el burro y san José portando la vara y la cesta.
La serenidad del paisaje refleja la paz que rodea a la escena, a pesar del contexto de huida.
Los colores suaves y la atención al detalle naturalista refuerzan el carácter contemplativo de la obra.
La obra simboliza la protección divina y la resiliencia ante la adversidad, una lección valiosa en tiempos de incertidumbre.
Reflexión final: Un mensaje de paz y esperanza.
Visitar estas obras durante la época navideña en el Museo del Prado es una gran oportunidad para acercarnos a la historia del arte y la tradición religiosa.
Cuando cada año, en estas fechas, rememoramos el nacimiento del Niño Jesús, volvemos a contar una historia que nos conmueve; una historia que nos recuerda los valores auténticos, lo que realmente cuenta y que con demasiada frecuencia perdemos de vista abrumados por la rutina y el frenesí de la vida.
Aprovechemos este tiempo en familia para recordar que no estamos solos, y para celebrar juntos el misterio de todos los misterios, el acto de amor más grande, donde el Rey de reyes nació en un pequeño pesebre para vivir y morir por nosotros.
He hablado más de una vez sobre mis raíces gaditanas, que en más de una ocasión me han llevado a recomendaros artistas andaluces. Sin embargo, no he recomendado nunca un artista de Jerez de la Frontera, donde nací.
Pues bien, llevo ya años conociendo a Cristóbal Donaire (Balcris), y esperando la ocasión para hablaros de él. Creo que esta entrada es perfecta para comentar sobre artistas actuales que, sin miedo al color y a lo abtracto, hacen algo potente y bonito.
Torero Óleo 66x50 lienzo
“Desde muy joven empecé a tener inquietudes artísticas que me hicieron crear, aun sin yo saberlo, un estilo propio que me sirvió más tarde para sacar todo lo que tenía dentro. Con técnicas vanguardistas y atrevidas, pero con una fuerte influencia por la tradición que todavía hoy recorre mi día a día y que, por tanto, sigue en mí.
Estas inquietudes también me han llevado a experimentar con distintas formas de expresión y medios. Como artista plástico que soy me encantan los cuadros, pero no me he quedado ahí. Entre mis obras puedes encontrar cerámicas o pieles que trato como si de lienzos se trataran. Al final, se trata de crear piezas únicas que lleven mi sello personal”.
Caballo pequeño. Cerámica. 18x18x8
1. Entre 1.000€ y 3.000€: Paula Bueso (@pauloboide)
Artista americana criada en España. Actualmente vive en California, donde ha establecido su práctica. Desea llegar a los espectadores y afectar a la percepción de su trabajo, haciéndoles partícipes de la obra de arte al permitirles verse afectados por sus movimientos y ser conscientes de cómo sus propias emociones influyen en su interpretación de cada obra de arte.
Fusionando tecnología y bellas artes, diseña digitalmente composiciones en 2D basadas en interacciones y equilibrios geométricos.
Paula Bueso “Horizons-Corten”. Lentes ópticas sobre aluminio (115 x 48).
Tras cursar un máster en Arquitectura en Europa y ejercer esa profesión a escala internacional, su obra gravita en torno a la idea de la geometría, la forma y las sombras; evolucionando a lo largo de la posición y la percepción del observador. Las paletas de colores brillantes y saturados a las que recurre instintivamente, están fuertemente influenciadas por el movimiento de arte cinético venezolano que le fue conferido por sus mayores en su primera infancia.
La casa de subastas Setdart nos trae este magnifico ejemplar de Frans Vervloet.
Vedrolet fue un pintor y grabador belga. En 1809 comenzó a estudiar en la Akademie voor Schone Kunsten de Malinas, donde también recibió clases de su hermano J. J. Vervloet (1790-1869), pintor de género y retratista. Durante este primer periodo, realizó tanto obras de género como copias de maestros antiguos (entre ellos Peter Paul Rubens), aunque se concentró sobre todo en la pintura arquitectónica, como por ejemplo la "Instalación del arzobispo François Antoine de Méan en Malinas·. Tras el gran éxito de este cuadro, a partir de 1817 se dedicó a la pintura de interiores de iglesias.
FRANS VERVLOET "Plaza de San Marcos al atardecer, Venecia", ca.1840. Óleo sobre cartón duro (32 x 46 cm.; 44,5 x 57 cm. (marco)).
Las luces tornasoladas del atardecer rielan sobre la plaza de San Marco, otorgando un barniz ambarino a la arquitectura del palacio Ducal y a los imponentes obeliscos. Los transeúntes gozan del frescor de la tarde, mezclándose en aquella hora mágica grupos galantes y trabajadores del muelle. Frans Vervoloet, en esta excelente pintura, ha sabido congeniar la herencia del vedutismo dieciochesco con las aportaciones del grupo de paisajistas de Posilippo, del que formó parte. En la línea de Canaletto, construye un juego de perspectivas con especial énfasis panorámico, pero no le interesa tanto la minuciosidad cuasi cartográfica de sus precedentes sino trabajar los valores líricos a través de una iluminación pictoricista que flirtea con el Romanticismo.
Este lote puede verse en la Sala de Setdart Barcelona situada en calle Aragón, 346 y podréis pujar hasta el próximo 12 de diciembre.