Desde hace ya unos años, es indudable que las tiendas, cafeterías y otros negocios aprovechan festividades para promocionar sus productos. Las decoraciones propias de Navidad se ponen cada vez antes y se quitan más tarde, celebramos el día de San Valentín y nos inventamos San Solterín, el día más triste del año lo llenan de descuentos y adaptamos costumbres como Thanks Giving que ningún sentido tienen en nuestra cultura occidental.
Y te preguntarás, ¿qué tiene esto que ver con el arte?
Parte de la pintura de la Madonna Sixtina, encargada para decorar la tumba del papa Julio II, el primer gran mecenas de Rafael.
Pues bien, he estado pensando que, mientras Halloween sigue ganando popularidad en Europa y España, es importante que no olvidemos lo que el Día de Todos los Santos representa en nuestra cultura. Esta festividad, dedicada a honrar a los santos y a nuestros seres queridos que ya no están, tiene una historia rica en simbolismo y espiritualidad que ha inspirado a artistas durante siglos.
Al explorar el arte sacro dedicado a santos y figuras celestiales, tanto en obras clásicas como contemporáneas, redescubrimos un legado que invita a reflexionar sobre la muerte, el duelo y la trascendencia de una manera distinta.
Santos en el Arte Clásico: Íconos de Fe y Virtud
La representación de ángeles y santos ha evolucionado a lo largo de los siglos, desde los primeros iconos bizantinos hasta las majestuosas representaciones propias del Renacimiento. Estas figuras, fuentes inagotables de inspiración para los artistas, están llenas de simbolismos. Cada atributo, gesto y postura tienen un significado específico que comunica aspectos de la fe y espiritualidad.
A través de estas representaciones, los artistas buscaban fortalecer la devoción de los creyentes. En una etapa histórica en la que la gran mayoría no sabían leer ni escribir, las representaciones pictóricas eran la manera de dar a conocer a Cristo y la historia de los Santos. De esta forma, las obras de arte cumplían una función educativa a la par que estética.
"San Sebastián" de Andrea Mantegna (1480)
En esta obra, Antonello da Messina retrata a San Sebastián, soldado romano que se convirtió al cristianismo. Condenado a muerte por el emperador Diocleciano, la obra muestra al mártir de la fe cristiana, en una imagen llena de dramatismo y serenidad. La figura del santo, atravesado por flechas y con una expresión serena, representa la fortaleza en la adversidad y el sacrificio. Las ruinas en el fondo representan la caída de los valores paganos y el triunfo de la fe cristiana.
"San Sebastián" de Andrea Mantegna (1480) Museo del Louvre, Paris
Esta obra es la segunda versión realizada por el artista y que formaba parte de un retablo mayor ubicado en la Basílica de San Zenón en Verona. La obra también posee una inspiración en la arquitectura clasicista situando al santo en un arco y con las ruinas de una ciudad al fondo. Parece ser que en esta ocasión Mantegna representaba la visión de San Agustín y para ello optó por una perspectiva muy baja, picada hacia arriba, que aporta solidez y monumentalidad al santo. La figura es mucho más natural y realista que en su primera versión, alejándose de las tendencias medievalistas. Además, en esta ocasión Mantegna incorpora la figura de dos arqueros que, en contraposición al santo, representan la maldad.
2. "Santa Catalina de Alejandría” de Fernando Yañez de Almedina (1510)
Es esta una de las obras femeninas más emblemáticas del Renacimiento español y la más conocida dentro de la producción de Yáñez de la Almedina. Santa Catalina es un símbolo de sabiduría y fe.
"Santa Catalina de Alejandría”, Fernando Yañez de Almedina (1510). Museo del Prado, Madrid
Santa Catalina rechazó el matrimonio con el emperador Maximino al haberse entregado a Dios, y encontró por ello un largo martirio en el que le fueron amputados los dos pechos y padeció el suplicio en la rueda dentada y la decapitación. Por ello podemos ver un trozo de la rueda así como la espada, símbolos de su martirio. Santa Catalina aparece serena y digna, personificando la inteligencia y la virtud, al igual que el triunfo de los valores cristianos sobre la opresión.
3. "San Francisco en Éxtasis" de Caravaggio (1595)
Esta pintura capta el momento de éxtasis de San Francisco de Asís, con un realismo y una emotividad únicos. La figura del santo, capturada en una postura vulnerable y rodeada de una luz celestial, muestra la relación íntima entre lo humano y lo divino. Esta iluminación simboliza la intervención divina, mientras la postura vulnerable del santo sugiere humildad y devoción absoluta.
"San Francisco en Éxtasis", Caravaggio (1595) Wadsworth Atheneum, USA.
Caravaggio, pese a tratarse de una pintura de su juventud, ya demostraba ser el maestro del claroscuro, enfatizando en su obras los contrastes entre luz y sombra para reflejar el camino espiritual.
4. “Santa Isabel de Portugal” de Francisco de Zurbarán (hacia 1635)
Esta pintura representa a Santa Isabel con una corona y un gesto humilde, simbolizando su estatus real y su caridad. La obra destaca su dedicación a los pobres y necesitados, con rosas en su regazo como símbolo de su famosa transformación de pan en flores para ocultar su ayuda a los pobres. Zurbarán utiliza la luz para resaltar su pureza y devoción.
“Santa Isabel de Portugal”, Zurbarán (hacia 1635). Museo del Prado, Madrid
En su vida se narra una anécdota milagrosa que da pie a la fórmula iconográfica con la que comúnmente se la representa y que es la que aquí emplea Zurbarán. Su caridad para con los pobres la movía a entregarles gran parte de sus propios caudales, que, ante la prohibición de su marido de dar limosna alguna, escondía en los pliegues de sus ropas. Un día el rey Dionisio la sorprendió en esas circunstancias, y quiso descubrir el dinero oculto, pero lo que encontró fue un manojo de rosas, a pesar de que el episodio aconteció en pleno invierno. Este es el motivo por el que a santa Isabel de Portugal se la describe con un manojo de rosas en su regazo, aunque esta iconografía la comparte también con santa Casilda, a quien, hasta hace no mucho tiempo, se creía que representaba el lienzo.
Santos en el Arte Contemporáneo: Una Nueva Mirada a la Espiritualidad
En el arte contemporáneo, la espiritualidad sigue siendo un tema recurrente. Artistas como Mark Rothko han explorado la dimensión espiritual a través de su obra abstracta, buscando evocar una respuesta emocional y trascendental en el espectador.
La influencia de los santos y sus historias proporciona un rico tapiz para que los artistas contemporáneos exploren cuestiones de fe, identidad y existencia.
Nuestra Sra. De Hakuna, Javier Vivier escultor y artista contemporáneo.
Si tienes 10 minutos, te recomiendo mucho esta entrevista de Javier Vivier que te dejo aquí.
Conclusión: oda a la belleza y vuelta a nuestras tradiciones
La influencia de los Santos en el arte es un testimonio de fe y de creatividad. Sus vidas y enseñanzas continúan inspirando a generaciones de artistas, ofreciendo una ventana a lo divino a través de la ventana del arte. Gracias a ellos, podemos descubrir una conexión más profunda entre espiritualidad y arte, enriqueciendo así nuestra comprensión del mundo y lo trascendental.
La celebración del Día de Todos los Santos en España es una oportunidad para redescubrir nuestras raíces, valorando la espiritualidad, la belleza y la conexión que el arte y la cultura han tejido en torno a la memoria de nuestros seres queridos. A través de estas obras, el arte se convierte en un vehículo para recordar y rendir homenaje, no solo a las figuras religiosas, sino también a quienes nos han dejado, pero cuyo legado y enseñanzas permanecen.
Feliz día de todos los Santos.
El martirio de santa Cristina, Vicente Palmaroli y González (1895). Museo del Prado
No es la primera vez – ni será la última – que os recomiendo a un artista andaluz. Y es que, mis raíces gaditanas sin duda tienen un imán que me unen a las obras que trascienden a los colores propios de Cádiz, Sevilla o cualquiera de los pueblos y ciudades de Andalucía.
Pues bien, Mer Alba es una artista con una finura y delicadeza en sus trazos especial. Su uso de los colores tierra, blancos y negros captan la melancolía de un último paseo en la playa, la pérdida de un ser querido o la calma que se siente al estar en un lugar de paz.
Cuadro de la serie “Reflejos”
Preguntándole por su estilo y su inspiración, me cuenta lo siguiente: “Mis obras representan mucho lo que estoy pasando en el momento, puesto que recurro a la pintura para poder volcar las experiencias del momento. Sobre todo en las tonalidades. En todas mis obras hay un toque de azul, que está relacionado con el Puerto de Santa María. Ahí empecé a pintar, es donde expuse por primera vez, y es un sitio, que cada vez que lo piso, me da la sensación de estar en casa, es por ello que en todos los cuadros, aunque de la forma mas sutil, aparece una tonalidad de azul”.
“Elogios para decir adiós” obra que forma parte del tríptico expuesto en la exposición “Ecos del ser”
Su última exposición en Madrid, «Ecos del ser: Paisaje, Abstracción y Vida», que finalizó el pasado 13 de octubre ha sido todo un éxito, y no me extraña.
“Esta ultima exposición, esta basada en la montaña rusa que es la vida, en los malos momentos y como hay que sacar el lado positivo en toda situación, representado a través de los tonos grises , los contrastes vivos y las texturas. Si ves la trayectoria, hay una gran variedad de estilos, eso es porque al plasmar un poco el día a día, nos pasa a todos, un día eres el mas feliz, otro estas medio depresivo, y mañana eres la mayor aventurera y pasado eres un amante del deporte, es decir, en nuestro día a día cambiamos según lo que estamos viviendo, aunque tengo gran variedad de paisajes, también me gusta experimentar con texturas, con obras abstractas, con la figura de las personas, y por ello aunque de la sensación de que aun estoy buscando un estilo propio, creo que solo estoy investigando, como hacemos de normal cada uno en nuestro día a día”.
Hemos quedado a tomar un café y estoy deseando charlar con ella sobre arte.
2. Entre 1.000€ y 3.000€: Aurelien Villette
Si me sigues en instagram, ya os adelantaba algo la semana pasada sobre este artista. Como ya he comentado muchas veces, soy una apasionada de la fotografía. Pues bien, la historia que me conecta con este artista es de lo más extraordinaria.
Fotografía de su serie “Dogma”
Después de años enamorada de una obra colgada en el salón de mi abuela, buscando sin descanso al autor de la obra, por fin le puse nombre: Aurelien Villete. Es la obra que he puesto arriba, y tiene un magnetismo que me atrapa. Sus obras se caracterizan por captar de una manera especial ruinas que encuentra en sus numerosos viajes. Plasma una decadencia romántica, atrapando al espectador y transportándolo a ese lugar.
Fotografías de su serie “Topophilia”
Contacté con él y la verdad que podría dar para una próxima entrada, porque es una persona con un gran mundo interior y sentido de la estética. Estuvimos hablando de su inspiración, del valor de la fotografía y, sobre todo, de su estilo tan característico.
Preguntándole por su inspiración me comenta: “Mis temáticas favoritas van desde la arquitectura, que concibo como una concreción de nuestra existencia, hasta los paisajes minerales. Me inspiro en la arquitectura, en mi búsqueda del viaje y del equilibrio con mi vida cotidiana y, por último, de la frontera entre lo real y lo imaginario. Este límite es aún más importante de definir, porque en antes no nos rodeábamos de inteligencia artificial capaces de crear imágenes. Para mí, mis fotografías son un resumen de mis viajes y de los caminos que he recorrido.
Las ruinas tienen una fuerza estética, pero también un poderoso significado que representa nuestra existencia en la Tierra. Cuanto más tiempo pueda observar estas estructuras, más podré mostrar lo cambiantes que son. Cuanto más pasan los años, más veo que cambian los lugares, la política y las fronteras; en resumen, que cambia el mundo. Desde el principio me preocupé de explicar que las ruinas no son estáticas, que son lugares en perpetua evolución. Que su propia existencia es testigo de nuestras acciones y de nuestro modo de vida. Todos estos lugares y sus historias evolucionan muy rápidamente. Por ejemplo, mis fotos del Líbano tomadas hace 5 años cobran un nuevo significado, los lugares a los que iba a menudo en Rusia o Ucrania ya no son accesibles o ya no existen, etc...”
Fotografía de su serie “Topophilia”
En fotografía, muchas veces es difícil entender los precios. Al fin y al cabo, la mayoría de fotógrafos con un mero “clic” pueden vender la misma fotografía a un precio muy elevado. Sin embargo, Aurelien vende tiradas pequeñas de cada fotografía que hace.
“La cuestión de limitar el número de copias no es sólo una cuestión de comparación con otras obras de arte. Sino también del objeto mismo de la fotografía. Se suele llamar «impresión artística» a una fotografía cuya edición no supera los 30 ejemplares, que viene acompañada de un auténtico certificado de autenticidad. Más de 30 ejemplares es, en el mejor de los casos, una reproducción de una obra original, un cartel para recordar una exposición, por ejemplo, o una edición que es un objeto decorativo.
Es el caso, por ejemplo, de la foto de la casa de tu abuela. No es una impresión artística, es una edición.
Vendí los derechos de una treintena de mis fotografías a YellowKorner y se vendieron a gran escala. Pero, por otro lado, limité la tirada a menos de 30 ejemplares o incluso 10 copias. Con la esperanza de que las ventas puedan ser gestionadas por varias galerías. Siempre es un equilibrio complejo poder vivir de tu arte, hacerlo tangible en exposiciones y al mismo tiempo accesible y único”.
Espero que expongas en Madrid, sin duda me encantaría ver tu serie “dogma” en persona. ¿Qué te inspira a tomar fotografías de iglesias y templos de diferentes culturas abandonadas?
“Muchas gracias. La serie Dogma, es la serie que me inspira a seguir viajando por tantas regiones y países. Hay tantas expresiones arquitectónicas diferentes para representar creencias que mostrar algunos de estos lugares uno al lado del otro, estética y espiritualmente, es algo bastante fascinante. Espero tener los medios para hacer exposiciones más grandes y volver a materializar estos lugares imprimiéndolos en grandes formatos.
¿Mi fuente de inspiración? Es difícil decirlo, creo que los viajes y las diferentes costumbres y hábitos. Pero quizás, aunque provengo de una familia católica, el no estar bautizado. Tuve la opción de hacerlo después de leer la Biblia en mi adolescencia. Mi fuente de inspiración es simplemente la necesidad de creer y la esperanza del ser humano y la necesidad de cuestionarme a mí mismo”.
Espero verte en Madrid, Aurelien y millones de gracias por tu tiempo.
Si te parece interesante el tema de las fotografías, serigrafías y demás, hablaré sobre ello en una próxima newsletter.
3. Más de 3.000€: Antonio López
Antonio López García es un reconocido pintor y escultor español nacido el 6 de enero de 1936 en Tomelloso, Ciudad Real. Es considerado uno de los artistas más destacados del realismo contemporáneo. En sus primeros años, López exploró una variedad de estilos artísticos, pero fue en la década de 1950 cuando se inclinó hacia el realismo. Su enfoque meticuloso y detallado le llevó a crear obras hiperrealistas que capturaban la realidad con una precisión sorprendente.
Madrid desde torres blancas, 2013
Pude ver una de sus obras en la exposición en IFEMA “Estampa” de arte contemporáneo del pasado fin de semana, en el stand de la galería María Porto. Uno de los temas más recurrentes en la obra de Antonio López es el paisaje urbano de Madrid, su ciudad adoptiva. A través de su mirada minuciosa, plasmó en sus lienzos calles, plazas y edificios emblemáticos de la capital española, otorgándoles una nueva dimensión y belleza.
Cómo y cuáles son sus métodos de trabajo, despiertan en el público un gran interés.
Antonio López es conocido por su proceso de trabajo meticuloso y detallado. A menudo pasa largos periodos de tiempo observando y estudiando su tema antes de comenzar a pintar. Sus obras requieren un gran nivel de paciencia y dedicación, lo que ha hecho que su producción sea relativamente lenta en comparación con otros artistas contemporáneos.
“Gran Vía” Digigrafía
Con esta entrada, te invito a que des de lado las nuevas fiestas que intentan imponernos como tradiciones, en las que se festeja la oscuridad, lo lúgubre y tétrico. Volvamos a nuestras tradiciones. Llenemos nuestra alma de luz, belleza y de amor.
Precioso e interesante post. Y qué maravilla de obras de arte has seleccionado. Gracias!